EL CAMBIO DE ANDREA

Andrea se sentía insegura en el espejo, con la ropa. No le gustaba su tripa, se sentía flácida y cansada. Además, tenía baja autoestima y amor propio. 

Venía de tener miedo a comer más y engordar de modo que comía poco, casi ni comía grasas o carbohidratos. Si comía no sano se sentía culpable, compensaba. Sufría mucho mentalmente, y padecía un trastorno alimentario al vivir obsesionada.

Juntas conseguimos sentirse segura y confiada. Perdimos tripa, tonificamos, y sobre todo, vivir sin obsesiones ni restricciones. Hoy disfruta de su cuerpo, la comida, el deporte, y su mente en paz. 

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